martes, 5 de agosto de 2014

...Y llegaron las ansiadas vacaciones: México

Ya estaba todo organizado: el hotel, el taxi que nos llevaría, los bikinis y bañadores y el viaje de avión. Al contrario de lo que pueda parecer, viajar a México desde Panamá no resulta barato... de hecho, el precio final ha sido incluso superior que si hubiésemos ido desde España con uno de esos paquetes organizados... pero mereció la pena ¡y cuánto!



Habíamos escuchado que las playas de Cancún eran las mejores, así que busqué un hotel en esta zona. Es complicado elegir hotel guiándote por las experiencias y comentarios de la gente en Internet: mientras unos ponen un hotel hotel por las nubes, otros dicen que fue un infierno... así que al final hay que arriesgarse y lanzarse a la piscina... y eso hice. Me decidí por un alojamiento "sólo para adultos" porque, aunque todos sabéis que nos encantan los niños, Antonio sólo iba a tener una semana de vacaciones y bien sabemos que la gente se relaja muuuuuucho en estos hoteles... así que no nos apetecía tener que aguantar a niños/adolescentes descontrolados porque sus padres estaban fuera de juego o directamente missing.

La llegada al hotel no auguraba nada bueno... mientras hacíamos check-in al menos cuatro familias pasaron a quejarse porque no les funcionaba el aire acondicionado de la habitación... y parece ser que era un problema de todo el hotel... ¡pues empezábamos bien! Nos dieron nuestra habitación, subimos con cierto recelo y evidentemente... la primera en la frente: al abrir la puerta nos dimos cuenta de que nos habían asignado una habitación ¡que ya estaba ocupada! Desde luego el hotel hasta ese momento dejaba mucho que desear en cuanto a organización. Volvimos a bajar con las maletas para informarles y se deshicieron en disculpas con nosotros. Sacamos en limpio que nos regalaron el servicio de caja fuerte... que nos habría costado 30 $ por toda la estancia... así que algo era algo y menos daba una piedra. Ahora a intentar relejarse y poner el modo vacaciones on.

Lo cierto es que teníamos mucho miedo a llegar y encontrar un centro de perversión porque la publicidad de la web era un poco explícita: the hip resort, lo llamaban. Y sí es verdad que había espectáculos subiditos de tono y estaba lleno de jóvenes americanos descontrolados... pero también había gente mayor y parejas como nosotros y directamente si no querías participar en las actividades, pues no participabas y ya estaba... aunque siempre es divertido, como dice Antonio... verlo todo como experimento sociológico ¿no creéis?

Al abrir la ventana de la habitación quedamos encantados. Una de las playas más bonitas que hemos visto en el Caribe. Y al probarla, al día siguiente... mejor aún. Caliente, muy poco profunda y de arena blanca formada por la erosión del agua sobre las conchas y el coral: un paraíso (sobreexplotado, pero paraíso al fin y al cabo).


Si a eso le unes, toda la bebida y la comida (aunque de dudosa calidad) que puedas ingerir junto con música y un ambiente festivo y la desconexión total del mundo real puesto que no había Wi-Fi gratuita... tienes la felicidad asegurada por uno corto espacio de tiempo (qué básicos somos ¿no?).

Evidentemente, no queríamos dejar pasar la ocasión de visitar Chichén Itza, una de las 7 Maravillas del Mundo Moderno (...y pensar que la Alhambra no esté en esa lista... no me lo explico, la verdad...). Así que contratamos una de esas excursiones que te llevan a ver la cuidad Maya, un cenote y la ciudad de Valladolid. Nuestra recomendación es que salgáis del hotel para ver qué os ofrecen fuera. Nosotros pagamos casi el doble por reservar la visita a través de la agencia del hotel... pero ya estaba hecho, así que simplemente nos dispusimos a disfrutar de todo lo que nos contaran y todo lo que pudiésemos ver... porque del dinero al final se olvida uno, pero no de lo que has visto y vivido :-)


La pirámide de Kukulcán (el dios serpiente emplumada) es el principal monumento del conjunto de Chichén Itzá. Se trata de una pirámide escalonada con función de templo, pero no os aburriré con datos. Simplemente comentaré que es un calendario solar que indica cuándo hay que recoger y sembrar y que en la parte superior se produce un fenómeno sonoro conocido como "el canto del quetzal" que los científicos no han podido explicar hasta la fecha. Aquí os dejo más información, por si a alguien le interesa profundizar más en este tema:




Lo cierto es que al pasear por esta zona, te invade una sensación de lo más extraña... como si las energías y conocimientos ancestrales (que nosotros destruimos al llegar aquí porque eso de que estos indígenas adorasen a una serpiente... ejem...) hubiesen quedado impregnados en este lugar mágico.

También pudimos ver el Templo de los Guerreros (donde se hacían sacrificios rituales humanos) y el Observatorio (sitio desde donde hacían sus cálculos astronómicos):




Una recomendación para los que tengáis pensado visitarlo: mucho protector solar, una gorra o sombrero de paja y litros de agua. El sol es abrasador y las distancias entre monumentos no son cortas, así que más vale prevenir posibles insolaciones.

A continuación visitamos un cenote, unas oquedades de muchísima profundidad que se forman como consecuencia de la acción del agua subterránea sobre la roca caliza:



Sí, esta soy yo nadando en el cenote... y si miro hacia abajo no es porque pretenda ver el fondo (ya que suelen ser muy profundos... por ejemplo, este tenía una profundidad de 50 metros), sino porque junto a los bañistas, campan a sus anchas miles de peces gato de grandes bigotes y más negros que la noche cuyo roce no me resultaba nada agradable... brrrr!!! Aun así, el baño fue de lo más refrescante :-)

Por último, nos llevaron a visitar la ciudad de Valladolid, primera ciudad fundada por los españoles en la península de Yucatán que tenía una plaza bastante agradable con artesanías y donde compramos un helado, patatas fritas y pipas de calabaza como tentempié:


Y el sueño terminó... pero con un fin de fiestas memorable. Un masaje de un hora en un sitio que estaba en frente del hotel y un bañito en el Mar Caribe. Antonio, el pobre... ya tuvo que cubrirse con una camiseta porque tiene la espalda muy sensible y empezó a darle reacción por el agua del mar y el sol. Aún así, posó así de guapo para esta foto (ves, cariño... como sí te saco... :-P):


Siguiente parada... Chile, desde donde estoy escribiendo esta entrada ahora mismo. Yo sigo de vacaciones y estoy acompañando a Antonio dos semanas para conocer Santiago y Valparaíso, así que "permanezcan atentos a sus pantallas (o dispositivos móviles)".

¡Besos a todos!

2 comentarios:

  1. Por qué todos iban con chaleco y tu no? Esta celoso Antonio de q no lo saques en tu blog? Joe me están dando ganas de ir a México o Méjico...

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  2. Porque yo sé nadar :-P
    Sí, dice que nunca sale en las fotos...
    ¡Viva México cabrones!

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