Este domingo regresamos de nuestro último viaje juntos por Sudamérica. Nuestro destino fue Quito, la capital de Ecuador. Un destino muy distinto a todos los anteriores por distintos motivos...
Quito es una ciudad que se encuentra a 2.800 metros de altitud y rodeada de volcanes (lo que se ve arriba es el cráter de uno de ellos, el Pululahua, en el que como veis se realizan diversos cultivos y que, según las últimas informaciones, no está del todo inactivo).
Lo primero que notas al llegar a Quito (especialmente si vienes de una ciudad que está a nivel del mar, como Panamá) es un malestar generalizado con palpitaciones, dolor de cabeza, decaimiento... no hay que asustarse, se trata solamente del mal de altura. Por suerte, los ancestros sabían como combatirlo y dejaron esta sabiduría para generaciones futuras. Una infusión de hoja de coca (sí, sí... como lo oís... coca... elemento esencial para la fabricación de la cocaína) y todo solucionado:
Como reza el título de este post, Quito es Patrimonio de la Humanidad. De hecho, fue la primera ciudad en recibir este honor y los quiteños están orgullosos de ello. La verdad es que no es para menos porque el pasado colonial y la pugna por la superioridad de las diferentes órdenes religiosas que se establecieron aquí han dado como resultado un centro histórico de lo más pintoresco y monumental. Pero dejemos que hablen las imágenes:
Basílica del Voto Nacional, de estilo Neogótico
Calle del Centro con la Catedral y vista de la Virgen de Quito sobre el Panecillo (Monte) al fondo.
Cada iglesia en Quito cuenta con una leyenda, aquí os dejo la leyenda del gallo y la Catedral: Enlace a la leyenda de la Catedral
Plaza de la Independencia
Fachada de la Iglesia de la Compañía. El interior es impresionante pero no se permitía hacer fotos.
Vista desde el balcón del Palacio Presidencial
Claustro del Convento de San Francisco, de estilo andaluz
Virgen de Quito, la única representación mariana alada, sobre el monte del Panecillo. Está fabricada con 7.400 piezas de aluminio.
Vista de Quito desde el Panecillo
Durante nuestra estancia, también tuvimos la oportunidad de hacer una excursión a Mitad del Mundo, la ciudad que se encuentra a una latitud de 0º 0' 0'', tal como lo atestigua mi pasaporte :-)
Antonio entre el hemisferio Norte y el hemisferio Sur :-P
Vista de los dos hemisferios desde el mirador
En esta visita pudimos vivir diferentes experimentos físicos que se producen sólo en la mitad del mundo:
- Se pesa aproximadamente 1 kg menos porque la aceleración de la gravedad es menor.
- El agua al colar va hacia un lado en el hemisferio norte y hacia el otro en el hemisferio sur. En el Ecuador cae recta, aunque este experimento no lo vimos.
- Los ancestros pre-incas ya conocían el hecho de que este era un lugar "sagrado" y existen siete templos alineados que se han reconstruido para mostrar las curiosas experiencias físicas que aquí se producen.
- Es extremadamente difícil matener el equilibrio por los cambios magnéticos de esta área que afectan a nuestros sentidos. Andar en línea recta con los ojos cerrados se convierte en una hazaña:
- Un huevo, con un poco de mañana, se puede quedar de pie sobre un clavo en la línea del Ecuador. Esto es porque, al igual que el agua, la yema del huevo cae recta y es más sencillo que quede en equilibrio.
- Y lo que más me impresionó, que nada tiene que ver con el Ecuador, sino con la fuerza de una piedra volcánica (que abunda en Quito, dado que esta es una zona muy volcánica) llamada Jade. Os dejo el vídeo porque es digno de ver:
Esta piedra parece tener propiedades que aumentan el "equilibrio energético" de la persona en todos los sentidos cuando está en contacto con ella. Por eso, el voluntario pierde el equilibrio al apoyarse en una sola pierna cuando no tiene la piedra pero en cuanto la coge, la guía no puede lograr que vuelva a perderlo ¿qué os parece? Nosotros, compramos una piedrecilla e hicimos el experimento y lo cierto es que funciona... Aunque yo no logré que Antonio lo perdiera ni con ella ni sin ella... ¡qué hombre!
Por último, la gastronomía local merece una mención especial ya que probamos muchas cosas muy, muy ricas. Qué decir de la empanada de viento, del locro con papas y queso y del canelazo... pero sin duda, mis preferidos, fueron los helados de pailla (la pailla es una olla de cobre a la que se da vueltas sobre el hielo hasta conseguir el helado de frutas naturales)... mmmmm!!! aún se me hace la boca agua!!!
Y eso es todo, amigos... este viernes partimos rumbo a Granada donde esperamos reencontrarnos con familia, amigos... ¡¡¡y sobre todo con Happy!!!
Con muy buen sabor de boca, damos por terminada nuestra experiencia Panameña y Latinoaméricana.
Abrazos y hasta siempre.