lunes, 19 de mayo de 2014

Happy ya está listo


Aún recuerdo cuando hace dos años dejamos el perro poco más de un mes a mis padres (¡¡¡dos santos... qué haría yo sin ellos!!!) porque nos íbamos de viaje a Argentina y me lo devolvieron con rastas. No tengo documentos gráficos para compartir pero lo cierto es que bastó un mes en el campo para tornar a mi peluchín urbano en un auténtico salvaje. El pobre lo pasó fatal cuando hubo que volver a meterlo en vereda con alisadores y corte de pelo incluidos. Así que esta vez, adelantándonos a los acontecimientos, lo hemos llevado a la pelu y nos lo han dejado así de guapo.

De esta forma, facilitamos la tarea a "los abuelos maternos" de la criatura para que no tengan que andar peinándolo cada dos por tres y para que el baño (si lo hay) sea más sencillo. Él parece encantado con su nuevo look, al que se va acostumbrando poco a poco (ya no apoya tanto el culete en el suelo al sentirse "desnudo").

La decisión de dejar el perro en España ha sido la más complicada. Para nosotros, es un miembro más de la familia, pero por desgracia, la legislación inrernacional, aunque ha mejorado al respecto, no parece estar en sintonía con estas necesidades. Los papeleos y desembolsos necesarios son excesivos para tres meses que vamos a estar fuera, así que lo dejamos de vacaciones en el campo con los abuelos ¿tampoco es un mal plan, no?

Happyrrinoooo!!! Aún no me he ido y ya te echo de menos :-(

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